jueves, 3 de octubre de 2013

Memorias de una joven formal, Simone de Beauvoir

Sartre correspondía al deseo que formulé cuando tenía 15 años: 
era el doble en el que reencontraba, llevadas a la incandescencia,
 todas mis manías. Con él siempre podría compartirlo todo. 
Cuando nos separamos a principios de agosto 
sabía que nunca más iba a salir de mi vida.


En Memorias de una joven formal, Simone de Beauvoir nos cuenta la historia de sus primeros 25 años de vida, revelandonos sus pensamientos más íntimos y conflictos internos y convirtiendo el relato de su vida en un ejercicio de profunda introspección psicológica. Nacida en 1908, en el seno de una familia típica acomodada de la burguesía parisina, sus primeros años de infancia fueron muy felices. Simone se sentía querida y elogiada por su familia, lo que la hacía una niña especial, satisfecha de sí misma y segura en su entorno. Sus padres eran cultos, conservadores, clasistas, chauvinistas y profundamente religiosos. Simone recuerda la llegada al mundo de su hermana menor, Hélène, a la que cariñosamente llamaba “Poupette” y que siempre fue para ella una cómplice con quien el entendimiento era casi perfecto.

Sin embargo, cuando llegó a la adolescencia, a la que ella denominaba “la edad ingrata”, Simone empezó a sufrir ciertos cambios en su persona y en sus creencias, que surgieron en paralelo a los problemas económicos en los que su familia se vio inmersa y que le hicieron cuestionar los principios morales y religiosos en los que había sido educada. Fueron unos años vitales en su crecimiento psicológico e intelectual, debiendo enfrentarse a conflictos personales, familiares y sociales que la llevaron a formarse como persona y a tomar los caminos elegidos por ella misma, dejando atrás otros, y sin por ello dejar de sufrir los sinsabores, decepciones y conflictos inherentes a la etapa de crecimiento.

En su adolescencia Simone intentó escapar continuamente al férreo control materno, que le censuraba incluso los libros que leía, las cartas que recibía y los amigos que frecuentaba. Su adolescencia transcurrió entre la dedicación a los estudios y los escasos momentos de evasión que le eran permitidos. Pese a su carácter independiente y a veces introvertido, en estos primeros años Simone creó su propio círculo de amigos, entre los que se encontraban Pradelle, su primo Jacques, Suzanne Boigue, Clairaut y Stépha. Pero hay una persona que desempeña un papel fundamental en la vida de la joven: su compañera de estudios y amiga Zaza, por la que desde niña había sentido una especial admiración y que murió trágicamente en plena juventud. La muerte de Zaza y el reencuentro con Sartre y con los amigos de éste marcan el final de la adolescencia y el comienzo de la vida adulta.

Simone de Beauvoir
Simone de Beauvoir ha sido considerada como una de las grandes precursoras del feminismo contemporáneo, apareciendo sus teorías ampliamente desarrolladas en su obra “El segundo sexo”. En una sociedad en la que las mujeres nacían para convertirse en madres y esposas, a medida que fue creciendo, Simone se sentía cada vez más diferente al resto de sus compañeras: “Mis compañeras no habían cambiado tanto, yo tampoco; pero lo que ayer nos ligaba era nuestra meta común: nuestros estudios; hoy nuestras vidas se apartaban; yo seguía hacia adelante, me desarrollaba, mientras ellas para adaptarse a sus existencias de niñas casaderas, empezaban a idiotizarse. La diversidad de nuestros futuros me separaba anticipadamente de ellas”.

La concepción que tenía Simone del amor y la relación de pareja nada tenía que ver con los cánones existentes en la sociedad burguesa en la que le tocó vivir: “Me enamoraría el día en que un hombre me subyugara por su inteligencia, su cultura, su autoridad. (...) Yo quería que entre marido y mujer todo estuviera en común; cada uno debía cumplir frente al otro ese papel de testigo exacto que antes yo había atribuido a Dios. Eso excluía que uno quiera a alguien diferente: yo sólo me casaría si encontrase, más cumplido que yo, a mi semejante, a mi doble.¿Por qué reclamaba yo que fuera él superior a mí? No creo que haya buscado en él un sucedáneo de mi padre; me importaba mi independencia; no me imaginaba nunca como la compañera de un hombre: seríamos dos compañeros”.

Jean-Paul Sartre, al que Simone conoció en 1929, se convertiría en su mentor y compañero sentimental. A su complicidad intelectual se unía su enorme pasión por la literatura, la filosofía y su fuerte compromiso político. Como la autora confiesa en sus memorias era la primera vez de mi vida que me sentía intelectualmente dominada por alguienTodos los días, todo el día me medía con Sartre y en nuestras discusiones él era el más fuerte....Era mucho más curiosa que imperiosa, me gustaba más aprender que brillar. Pero, sin embargo, después de tantos años de arrogante soledad, era un serio acontecimiento descubrir que no era ni la única, ni la primera: una entre otros y de pronto insegura de sus verdaderas capacidades...”

“Le secret du bonheur et le comble de l’art
 c’est de vivre comme tout le monde, en n’étant comme personne”.


Desde la primera vez que leí sus Memorias me enamoré de la figura de esta mujer moderna, que tuvo que derribar tantas barreras en la sociedad en la que le tocó vivir. Encuentro apasionante su lucha personal por descubrir quién era, en quién deseaba convertirse y superar todas las dificultades para alcanzar sus objetivos. Su personalidad sigue sorprendiendo aún en nuestros días por su fuerza, valentía y determinación. Esta primera parte de las Memorias de Simone de Beauvoir nos permite descubrir el proceso que llevó a la autora a convertirse en la mujer polifacética y brillante intelectual que llegaría a ser.

domingo, 4 de agosto de 2013

Bel ami, Guy de Maupassant

George no hablaba una palabra. Iba muy pensativo. ¡Si aquella chiquilla tenía un poco de audacia, el triunfo era seguro, al fin! Desde hacía tres meses la venía envolviendo en las irresistibles redes de su cariño. La deducía, la cautivaba, la conquistaba. Se había hecho amar por ella como sabía hacerse amar. Se había apoderado sin esfuerzo de aquella frívola alma de muñeca. Primeramente logró que rechazara al marqués de Cazolles; luego había conseguido que le prometiese huir con él, con el propio George. Era el único medio que había para realizar su propósito.


En busca de fortuna y deseoso de ascender en el escalafón social, el joven normando Georges Duroy  llega a Paris y encuentra un empleo en la compañía de ferrocarriles que apenas le da para subsistir. El azar hace que una noche se cruce con Forestier, un antiguo compañero que conoció en su paso por el ejército en Argelia y que le abrirá las puertas de la más selecta sociedad parisina. Su trabajo en el periódico “La vie française” y sus grandes habilidades sociales, especialmente con las mujeres, marcan el camino de una rápida ascensión social. Duroy se mueve como pez en el agua en la corrupta sociedad burguesa parisina de finales del siglo XIX, consiguiendo su sueño y utilizando para ello todos los medios a su alcance.

Guy de Maupassant
Bel Ami, publicada en 1885, es la segunda de las cinco novelas que se le atribuyen a Maupassant, más conocido por sus cuentos o relatos cortos. Al igual que sus coetáneos Balzac y Zola, Maupassant bebió de las fuentes del realismo y del naturalismo. En Bel Ami, Maupassant nos describe la corrupción imperante en los círculos políticos y en la prensa escrita, con un poder enorme, capaz de hacer caer gobiernos. Bel Ami ha sido considerada por muchos como una “novela de aprendizaje”, en la medida en que el personaje central dejará de lado sus primeras vivencias y valores para adquirir otros nuevos, en su recorrido hacia el éxito.

El éxito social de Duroy discurre en paralelo a su degradación moral. Las mujeres juegan un papel determinante en la novela y el joven sabrá aprovechar su éxito entre las féminas para alcanzar sus ambiciosos planes. Clotilde de Marelle, su amante y quizás la única mujer por la que Duroy ha llegado a sentir algo de amor, lo ama de manera incondicional y le será de gran ayuda en sus comienzos, llegando a prestarle apoyo en sus apuros económicos iniciales. Madeleine, la esposa brillante e inteligente que se codea con los hombres más influyentes del país y que se mantiene a la sombra de los hombres, menos listos que ella, a los que decide apoyar. La Sra Walter, gracias a la cual consigue ganar mucho dinero, y a la que utiliza de una manera despiadada y sin escrúpulos, sustituyéndola, llegado el momento, por su propia hija.

El tema de la muerte y del paso del tiempo aparece de manera recurrente en la novela, contraponiendo siempre la juventud y el éxito del protagonista a la decadencia de algunos personajes: la enfermedad de Forestier, el envejecimiento y las canas de Virginie Walter. Uno de los pasajes más desgarradores de la novela es el monólogo  de Norbert de Varenne y su reflexión sobre la vejez y la muerte: “…Yo la siento desde hace quince años irme mordiendo, como si llevara dentro de mí un animal roedor. La he ido sintiendo poco a poco, mes por mes, hora por hora, irme socavando, como a una cosa que se derrumba. Me ha desfigurado tan completamente que no me reconozco. En mí no queda nada mío, nada del hombre animoso, sano y fuerte que era yo a los treinta años. La he visto teñir de blanco mis cabellos negros, ¡y con qué experta y maligna lentitud! Me ha robado mi piel tersa, mis músculos, mis dientes, para no dejarme más que una alma desesperada, que también me arrebatará pronto...”

Bel Ami ha sido varias veces adaptada al teatro y a la gran pantalla. La última vez fue en 2012, cuando Nick Ormerod y Declan Donnellan hicieron una versión demasiado libre, para mi gusto. El personaje del protagonista masculino está interpretado por el actor Robert Pattinson, que representa una sombra bastante diluida del personaje que creó Maupassant. Ni siquiera físicamente consigue el personaje de la película asemejarse a la imagen que tenemos de Georges, con su gran bigote, uno de los rasgos físicos que más se resaltan en la novela. Pese al talento de las dos actrices femeninas: Uma Thurman en el papel de Madeleine y Kristin Scott Thomas en el de Virginie Walter, la película no consigue estar a la altura de la obra literaria.

Resulta un tanto inquietante leer esta novela escrita hace casi dos siglos y descubrir que muchos de los personajes y sentimientos descritos en ella bien podrían tener cabida en la sociedad actual, donde los arribistas, aprovechados y personajillos de medio pelo carentes de escrúpulos siguen campando a sus anchas. Sólo hay que estar atentos a las noticias para vislumbar a los Duroy del siglo XXI.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Las tres heridas, Paloma Sánchez-Garnica


El no decía nada, sólo miraba, absorto, abducido por la emoción embriagadora de aquella imagen, la primera vez que ponía rostro a los que tanto imaginó en su cabeza, a sus padres, sus verdaderos padres. Quise entender lo que ese hombre sentía en aquel momento, pero comprendí que era imposible, porque hay sentimientos que sólo pueden concebirse en ciertas circunstancias, con ciertas condiciones, y la emoción que reflejaba aquel hombre era inconmensurable, inalcanzable para cualquiera que no estuviera metido en su piel...



Tras enviudar, Ernesto Santamaría abandona su carrera docente para dedicarse a su gran pasión: la escritura. Aunque la suerte no parece sonreirle, él no abandona y continúa en su empeño de conseguir su gran obra. Un día encuentra en el Rastro una antigua caja de latón que contiene la fotografía de una joven pareja, Mercedes Manrique y Andrés Abad, junto con unas cartas de amor. Comenzará a indagar en la historia de la pareja a través de los datos que obtiene de las cartas. La intrigante imagen, tomada el día que empezaba la guerra civil, y el posible destino de sus dos protagonistas le ayudarán a escribir su gran novela. Sin darse cuenta, Ernesto se sumerge en un mundo en el que llega a confundir realidad con ficción. Su encuentro, real o imaginario, con Teresa Cifuentes será determinante para conocer la historia de los personajes de la foto, convirtiéndose en testigo privilegiado, capaz de restañar las heridas del amor, de la vida y de la muerte que la guerra abrió.


Muchas novelas se han escrito sobre la guerra civil española y la postguerra, con mejor o peor fortuna. Lo que engancha de esta historia es que intenta huir de la visión maniqueísta de este triste episodio de nuestra historia en el que unos aparecían como los “buenos” y otros como los “malos”, en función de la ideología y de la visión de la realidad de quien contara la historia. La novela relata los horrores de la guerra, las vidas truncadas, la perversidad de la condición humana, la falta de escrúpulos, el afán de venganza, la miseria, el hambre, el miedo y el olvido obligado, impuesto y necesario para sobrevivir. Pero a su vez, Las tres heridas es una novela de reconciliación, de sentimientos, de amores y de ausencias, que nos descubre las únicas razones por las que es importante vivir y morir.

Los dos grandes personajes de esta novela son femeninos: Mercedes Abad y Teresa Cifuentes. En una guerra hay pocos ganadores, pero Mercedes es la gran perdedora de esta historia: “De repente, su conciencia le reveló todo lo que la guerra le había arrebatado: su madre, su hijo, su casa y su familia habían sido tragadas por aquella lucha absurda en la que nada tenía que ver”. Mercedes es una mujer sencilla y enamorada de su marido, a la que Teresa admira. La considera una mujer fuerte, “Teresa la miró y esbozó una sonrisa mezclada con el llanto irrefrenable que le nublaba la visión de aquella mujer, a la que veía mucho más fuerte que ella, más entera, más firme en su forma de afrontar la vida; con menos posibilidades, había conseguido mucho más que ella, que lo tenía todo”.

Teresa es una mujer con el corazón dividido, que se debate entre el amor y admiración que siente por Arturo Erralde, al que no quiere renunciar y su familia, que representa las comodidades en las que ha vivido desde niña, pero a la que llega a despreciar en lo más profundo de su ser. Teresa tenía muy claro que ganara quien ganara la contienda, ella tenía las de perder y que la guerra no haría más que profundizar su herida.

Paloma Sánchez-Garnica
No había leído nada de Paloma Sánchez-Garnica. Las Tres heridas es la cuarta novela escrita por esta abogada e historiadora, que gusta de mezclar la novela histórica con grandes dosis de intriga y misterio. La ausencia bastante visible del trabajo del corrector ha hecho que dudara en considerarla o no como una de mis lecturas favoritas. La novela queda deslucida por las múltiples faltas de todo tipo: gramaticales, de concordancia, ortográficas, pero lo más molesto es el uso de un leísmo y sobre todo de un laísmo que llega a hacer daño a la vista. He leído el libro en mi e-book, e imagino que se trataba de la primera versión, pues he visto en algún sitio que la segunda versión sí que ha sido corregida.


Una de mis escenas favoritas es la que protagonizan Ernesto Santamaría y Rosa, su sirvienta. El escritor descubre que no conoce de nada a la mujer con la que lleva compartiendo varios años de su vida y a la que consideraba una iletrada. Este descubrimiento le hace sentir vergüenza al tomar conciencia de que es muy fácil prejuzgar a los demás y dejarse llevar por las apariencias. Rosa le da toda una lección a Ernesto sobre el sentir más profundo de los que se dedican a la escritura y sobre la creación literaria: “…Si no se cree sus propias fantasías, si no acepta los espejismos que solamente usted es capaz de descubrir y vislumbrar, difícilmente podrá hacer creíbles sus historias. Los lectores que se acerquen a sus letras se sentirán defraudados y lo abandonarán, porque nadie en la ficción pretende encontrar la realidad, para eso ya tenemos la vida. Gracias a lo que nos proporciona ese universo mágico de la literatura, el mundo es más capaz de afrontar esa realidad y, lo que es más importante, es capaz de transformarla y hacerla mejor de lo que es.”

Una historia a la que llegué por el "boca a boca" y que no dudaría en recomendar, porque engancha desde el primer momento. Al mismo tiempo, se me ha despertado la curiosidad por conocer otras obras de la autora.

Si te perdiera... 
Si te encontrara
bajo la tierra.

 Bajo la tierra 
del cuerpo mío, 
siempre sedienta.

Miguel Hernández

jueves, 28 de febrero de 2013

Jane Eyre, Charlotte Brontë


¿Qué es mejor, pregunto: ser esclava en el paraíso de los necios, febril de felicidad 
ilusoria durante una hora para ahogarme con las lágrimas más amargas del 
remordimiento y la vergüenza a la hora siguiente; o ser maestra de aldea, libre y 
honrada, en un rincón montañoso y aireado, en el sano corazón de Inglaterra?




Jane Eyre tiene una infancia desgraciada. Al quedar huérfana, se va a vivir a con sus tíos, pero cuando el Sr. Reed muere, Jane permanece en Gateshead con la viuda de éste y con sus primos. Tras soportar las crueldades de éstos y la falta de cariño de su tía, Jane es finalmente enviada al internado de Lowood. Allí pasará el resto de su infancia, llena de carencias tanto materiales como afectivas, y se formará como institutriz. Lowood deja en Jane una profunda huella. Allí conoce a la señorita Temple, una joven profesora, inteligente y amable, que la valora como persona y se convierte en su amiga. Jane comienza a trabajar como institutriz en Lowood, pero la marcha de la señorita Temple hace que su estancia en el internado deje de tener sentido. Jane encuentra un trabajo en Thornfield como institutriz de Adèle, la niña de 8 años que está bajo la custodia del señor Rochester. El amor surge entre ambos, pero el terrible secreto que esconde la casa de Thornfield sale a luz el día de la boda, haciendo que ésta se anule. Jane huye para olvidar todo lo pasado. El destino le tiene reservadas nuevas experiencias, pero Jane decide seguir la ruta que ella misma se ha marcado. 

Charlotte Brontë
Esta novela estaba desde hacía mucho tiempo entre mis “lecturas pendientes”, por ser considerada una obra maestra de todos los tiempos y representante destacada de la literatura victoriana. Quería leerla en su lengua original y era consciente de la dificultad que entrañaba leer en el inglés del siglo XIX una novela que tiene una enorme riqueza de vocabulario, sobre todo en los pasajes puramente descriptivos. La novela, escrita por Charlotte Brontë y publicada en 1847, suscitó una gran controversia en la sociedad victoriana de la época. La propia personalidad de la autora se ve reflejada en la protagonista, un personaje poco ortodoxo: una joven independiente, con una fuerte personalidad, de carácter indómito, que no considera el matrimonio como su única aspiración en la vida, con anhelos y deseos reservados en esa época exclusivamente a los hombres.


Jane Eyre puede ser considerada como una precursora del feminismo y de la psicología moderna, es la historia de una mujer que se rebela contra el destino que la hipócrita sociedad victoriana reservaba a las mujeres: “Se supone que las mujeres hemos de ser serenas por lo general, pero nosotras tenemos sentimientos igual que los hombres. Necesitamos ejercitar nuestras facultades y necesitamos espacio para nuestros esfuerzos tanto como ellos. Sufrimos restricciones demasiado severas y un estancamiento demasiado total, exactamente igual que los hombres. Demuestra estrechez de miras por parte de nuestros más afortunados congéneres el decir que deberíamos limitarnos a preparar postres y tejer medias, tocar el piano y bordar bolsos..."

Jane Eyre ha sido objeto de varias adaptaciones cinematográficas, tanto a la pequeña como a la gran pantalla. La última adaptación a la gran pantalla ha sido la que en 2011 hizo Cary Fukunaga, con Mia Wasikowska como Jane y Michael Fassbender en el papel de Rochester. A pesar de su buena ambientación, la película, que utiliza la técnica del flashback, en oposición a la estructura lineal del libro, no consigue transmitir el carácter y la fuerza que Charlotte Brontë imprimió a sus personajes.



viernes, 2 de noviembre de 2012

Seda, Alessandro Baricco


Era 1861. Flaubert estaba escribiendo Salammbô,
 la luz eléctrica era todavía una hipótesis y Abraham Lincoln, 
al otro lado del océano, estaba combatiendo en una guerra cuyo final no vería. 
Hervé Joncour tenía treinta y dos años. 
Compraba y vendía.
Gusanos de seda.

Ambientada en el siglo XIX, Seda narra la historia de Hervé Joncour, un joven que a los 24 años abandona su carrera militar para dedicarse a la compra y venta de gusanos de seda, con el objeto de surtir a la incipiente industria de Lavilledieu, la pequeña localidad francesa donde Joncour  lleva una vida holgada y apacible junto a su esposa Hélène.

En un primer momento, Hervé Joncour se desplaza a Siria y Egipto, zona libre de epidemias, para comprar los huevos de los gusanos, pero una gran plaga lo obliga a ampliar su ruta hasta el, por aquel entonces, lejano y enigmático Japón, donde la venta de huevos de gusanos a extranjeros estaba terminantemente prohibida en aquella época. Allí entrará en contacto con un contrabandista llamado Hara Kei, quedando impresionado por la belleza de su joven concubina. La atracción parece ser mutua y este encuentro marcará un antes y un después, condicionando la vida del francés y la de su mujer Hélène…
Alessandro Baricco

Seda, publicada en 1996, es la obra más conocida del novelista, dramaturgo y periodista italiano Alessandro Baricco. Ha sido traducida a diecisiete idiomas, consagrando a su autor a nivel mundial como  fenómeno literario. La novela de Baricco es una auténtica joya literaria, escrita en una prosa poética que sorprende por su simplicidad tanto narrativa como sintáctica. Más que de novela, la podríamos calificar de relato corto o cuento. Está dividida en 65 capítulos, algunos constituidos por un único párrafo. 

El amor, en forma de trío amoroso, marca la trama de la historia. Nuestro protagonista vive feliz al lado de su mujer, que según él tenía la voz más bella del mundo. Hervé es uno de esos hombres que prefieren asistir a su propia vida y consideran improcedente cualquier aspiración a vivirlaHasta que en uno de sus viajes al lejano oriente conoce a una joven de origen occidental, que lo hace sumergirse en territorios hasta ahora desconocidos para él. Se trata de un amor pasional, irreal, y en cierto modo imaginario y onírico, pues se desarrolla más en la mente del protagonista que en la realidad.

"Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca"

Conocemos muy poco del personaje de Hélène, aparte de su fidelidad y amor desmedido hacia Hervé. De la joven misteriosa concubina ni siquiera llegamos a conocer el nombre. A mí me resultó fascinante el personaje de Baldabiou, que aparece descrito como un hombre excéntrico, que había aparecido un buen día por el pueblo con una genial idea empresarial en la cabeza. Al principio nadie le prestó atención, pero el tiempo terminó por darle la razón. Su generosidad y deseos de compartir los secretos de su negocio con sus vecinos hicieron prosperar la riqueza en el pequeño pueblo de Lavilledieu. Algunos de los pasajes en los que aparece Baldabiou me recuerdan al realismo mágico de la literatura latinoamericana:

“- ¿Y dónde quedaría, exactamente, ese Japón?
Baldabiou levantó el extremo de su bastón, apuntando con él más allá de los tejados de Saint-August.
- Siempre recto.
Dijo.
- Hasta el fin del mundo.”



La novela está plagada de simbolismos: los pájaros que Hara Kei mantiene en una gran jaula, las pequeñas flores azules que Madame Blanche lleva en sus dedos, el lago al que Hervé bajaba en los días de lluvia y pasaba horas mirándolo, puesto que, dibujado en el agua, le parecía ver el inexplicable espectáculo, leve, que había sido su vida.

Mi asignatura pendiente para los próximos días será ver la adaptación cinematográfica que en 2007 hizo François Girard de la novela y que está protagonizada por Keira Knightley y Michael Pitt

jueves, 6 de septiembre de 2012

La delicadeza, David Foenkinos


"...Recorría el salón, y todo estaba ahí. Exactamente igual que antes. No se había movido nada. La manta seguía sobre el sofá. También la tetera, sobre la mesa baja, con el libro que estaba leyendo. Le impresionó especialmente ver el señalador. El libro quedaba así dividido en dos; la primera parte la había leído mientras aún vivía François. Y en la página 321, François había muerto. ¿Qué hay que hacer en estos casos? ¿Puede alguien proseguir la lectura de un libro interrumpido por la muerte de su marido?..."


Primero vi la película, una comedia romántica, y semanas después leí el libro. En mi opinión, el libro supera con creces la película, a pesar de que el director de la misma es el propio autor, David Foenkinos, con la colaboración de su hermano Stéphane.

La delicadeza nos relata la historia de una joven pareja, convencida de que la felicidad es eterna, cuya vida se hace añicos cuando François, el marido, muere de una manera inesperada en un accidente. Nathalie, la protagonista, (Audrey Tautou), se refugia en su trabajo y descubre que el mundo sigue funcionando aunque ella se encuentre totalmente paralizada y se haya convertido en un eficiente robot carente de emociones. Hasta que un día aparece en su vida Markus, un compañero de trabajo hasta ahora invisible a sus ojos. Markus era considerado por todos como un ser mediocre y anodino, que nunca había tenido éxito con las mujeres. Sin embargo, su bondad y ternura, los pequeños detalles, hacen que Nathalie vuelva a sentirse viva y a desear su presencia. Cada momento vivido a su lado se sale de lo ordinario. Un hombre que te recibe en un café con la mejor de sus sonrisas y que te anuncia muy serio que está leyendo un interesante artículo sobre el tráfico de mozzarella no se encuentra todos los días...


El tema principal de la novela es el amor en sus diferentes vertientes: el amor pasional, ideal y perfecto que vivieron Nathalie y François, el amor no correspondido de Charles hacia Nathalie, el amor filial de Nathalie hacia su padre, el fracaso amoroso a través de las relaciones frustradas de Markus, el amor dulce, tierno, sosegado y que llega por sorpresa, de Markus y Nathalie. El libro aborda también el tema de la fugacidad de la vida y de “lo que pudo ser y no fue”, que queda perfectamente ilustrado por las alusiones a personajes conocidos que nos abandonaron precozmente. La confrontación con la muerte temprana hace que la protagonista se pregunte qué deparará el destino a las personas aparentemente felices con las que se cruza en su vida cotidiana y que quizás mañana ya no estén aquí. ¿Qué canciones habría compuesto John Lennon si un loco no le hubiese arrebatado la vida antes de tiempo?

Uno de los aspectos que me han parecido más innovadores en esta novela, y que ha sido imposible reflejar en la película, es su estructura, formada por capítulos cortos. Algunos de ellos son incisos introducidos por el propio autor, como complemento al argumento principal,  y van desde la receta del risotto que pedirán Nathalie y Markus durante su primera cita hasta la más surrealista exposición sobre los diferentes tipos de alergia al pescado existentes en Francia. Esos incisos han permitido al narrador, a modo de licencia literaria, introducir notas de humor y aligerar la profundidad de los temas tratados. Otras veces ha utilizado la técnica de las notas a pie de página, como la disquisición que hace sobre el hecho de llamarse Alice y trabajar en una farmacia,  llegando a la curiosa conclusión de que, en general, las mujeres que se llaman Alice trabajan en librerías o agencias de viaje.

David Foenkinos
El estreno del libro en España venía avalado por el éxito obtenido en Francia, donde se ha convertido en un auténtico fenómeno literario, con más de 700.000 ejemplares vendidos y habiendo ganado 10 de los premios literarios franceses más importantes. La novela ha sido traducida a más de 15 idiomas y en España ha sido editada por la editorial Seix Barral en castellano y La Magrana en catalán. Se ha comparado su estilo de escritura con el de otras autoras coetáneas francesas como Anna Gavalda o como la Muriel Barbery de “La elegancia del erizo”.

El papel de Nathalie parece venirle como anillo al dedo a Audrey Tautou. Magistral también la actuación del actor belga François Damien, a quién hemos visto en cintas de éxito como "El pequeño Nicolás" o "Los seductores" en su interpretación de Markus. La importancia que el autor concede a los actores secundarios en el libro no aparece tampoco suficientemente reflejada en la película. Se entiende mejor la extraña actuación de Markus tras su segunda cita si se conocen las experiencias previas negativas que el protagonista ha tenido con otras mujeres, y que en la película apenas aparecen esbozadas.

La novela contiene multitud de referencias a autores y obras clásicas de la literatura (Samuel Beckett, Camus, Sartre, Shakespeare, Maupassant...), de la pintura (Magritte, Dalí, Malevitch, Klimt...), del cine (Polanski, Visconti, Woody Allen...), de la música (Alain Souchon, John Lennon...), evocadas por su similitud con las situaciones vividas por los protagonistas.

La historia nos hace reflexionar sobre las vueltas que da la vida y lo impredecible que puede llegar a ser el hecho de volver a enamorarse. 'La delicadeza' es un homenaje a la ternura y a los pequeños gestos que nos hacen la vida más grata. El libro está plagado de pequeños detalles y de frases deliciosas, yo me quedo con ésta: "Hay gente fantástica a la que se conoce en mal momento. Y hay gente que es fantástica porque se la conoce en el momento adecuado"

 
Toco tu boca (Capítulo VII de Rayuela, de Julio Cortázar)
Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja...

viernes, 10 de agosto de 2012

La sonrisa de las mujeres, Nicolás Barreau

Algunos libros llegan a nuestra vida cuando más los necesitamos. Nos entretienen, nos hacen reír, nos evaden de la realidad, nos sirven de consuelo en momentos de desesperanza...Esto es lo que le pasó a Aurélie, la protagonista de “La sonrisa de las mujeres”, una historia de amor de lo más atípica, fresca y divertida.





Aurélie regenta un restaurante familiar llamado “Le temps des cerises”, situado a dos pasos del Boulevard Saint Germain. Una tarde, huyendo de su propia realidad (acaba de ser sufrir un desengaño amoroso), empieza a vagar sin rumbo por las calles de París y termina refugiándose en una librería. A la joven no se la puede considerar una lectora ávida. Hasta ahora, su interés se había centrado más en libros de recetas de cocina que en la ficción literaria. Pero ese día, un libro llega a sus manos por azar (¿o no?) y va a terminar atrapándola entre sus páginas.

Para Aurélie las casualidades no existen. En el libro encuentra el consuelo que andaba buscando y la sonrisa que creía haber perdido para siempre. Y muchas cosas más..., por ello decide ir en busca del autor del libro y descubrir por qué la ha elegido a ella como protagonista...

Nicolas Barreau
Oí hablar del libro en una tertulia de radio y me llamó la atención el argumento. Empecé a verlo en las librerías en versión traducida del alemán. Como me gusta leer en versión original, cuando el idioma me lo permite, deduje que la versión original debía ser el francés, puesto que el autor es un joven parisino licenciado en lenguas románicas y literatura. Me pasó igual que a la protagonista, que buscaba la versión original inglesa del libro que tanto la había marcado. Tras algunas pesquisas, descubrí que la versión francesa ni siquiera existía, pues Nicolás Barreau, hijo de madre alemana, había escrito las tres novelas hasta ahora publicadas en la lengua materna.

Además de la trama principal, como trasfondo, la obra de Barreau aborda una interesante reflexión sobre la creación literaria: ¿Qué es real?¿Qué es inventado? ¿Influye la imaginación sobre la realidad o viceversa?¿De dónde sacan las ideas los autores?

La novela está escrita en un estilo sencillo, ligero y fácil de leer. Nicolas Barreau mezcla ingredientes como el amor, el misterio, las pequeñas mentiras...con el encanto de París como telón de fondo y la sensualidad de la cocina francesa. Todo ello aparece intercalado con escenas muy divertidas, como el momento en que André piensa en la carta que escribirá a Aurélie para intentar conquistarla y se dice a sí mismo que “era lo mejor y más inmoral que podía hacer por ella de momento”. Un libro entretenido, muy recomendable para esos momentos en que necesitas grandes dosis de optimismo y positividad en tu vida.