"...Recorría el salón, y todo estaba ahí. Exactamente igual que antes. No se había movido nada. La manta seguía sobre el sofá. También la tetera, sobre la mesa baja, con el libro que estaba leyendo. Le impresionó especialmente ver el señalador. El libro quedaba así dividido en dos; la primera parte la había leído mientras aún vivía François. Y en la página 321, François había muerto. ¿Qué hay que hacer en estos casos? ¿Puede alguien proseguir la lectura de un libro interrumpido por la muerte de su marido?..."
Primero vi la película, una comedia romántica, y semanas después leí el libro. En mi opinión, el libro supera con creces la película, a pesar de que el director de la misma es el propio autor, David Foenkinos, con la colaboración de su hermano Stéphane.
La delicadeza nos relata la historia de una joven pareja, convencida de que la felicidad es eterna, cuya vida se hace añicos cuando François, el marido, muere de una manera inesperada en un accidente. Nathalie, la protagonista, (Audrey Tautou), se refugia en su trabajo y descubre que el mundo sigue funcionando aunque ella se encuentre totalmente paralizada y se haya convertido en un eficiente robot carente de emociones. Hasta que un día aparece en su vida Markus, un compañero de trabajo hasta ahora invisible a sus ojos. Markus era considerado por todos como un ser mediocre y anodino, que nunca había tenido éxito con las mujeres. Sin embargo, su bondad y ternura, los pequeños detalles, hacen que Nathalie vuelva a sentirse viva y a desear su presencia. Cada momento vivido a su lado se sale de lo ordinario. Un hombre que te recibe en un café con la mejor de sus sonrisas y que te anuncia muy serio que está leyendo un interesante artículo sobre el tráfico de mozzarella no se encuentra todos los días...
El tema principal de la novela es el amor en sus diferentes vertientes: el amor pasional, ideal y perfecto que vivieron Nathalie y François, el amor no correspondido de Charles hacia Nathalie, el amor filial de Nathalie hacia su padre, el fracaso amoroso a través de las relaciones frustradas de Markus, el amor dulce, tierno, sosegado y que llega por sorpresa, de Markus y Nathalie. El libro aborda también el tema de la fugacidad de la vida y de “lo que pudo ser y no fue”, que queda perfectamente ilustrado por las alusiones a personajes conocidos que nos abandonaron precozmente. La confrontación con la muerte temprana hace que la protagonista se pregunte qué deparará el destino a las personas aparentemente felices con las que se cruza en su vida cotidiana y que quizás mañana ya no estén aquí. ¿Qué canciones habría compuesto John Lennon si un loco no le hubiese arrebatado la vida antes de tiempo?
Uno de los aspectos que me han parecido más innovadores en esta novela, y que ha sido imposible reflejar en la película, es su estructura, formada por capítulos cortos. Algunos de ellos son incisos introducidos por el propio autor, como complemento al argumento principal, y van desde la receta del risotto que pedirán Nathalie y Markus durante su primera cita hasta la más surrealista exposición sobre los diferentes tipos de alergia al pescado existentes en Francia. Esos incisos han permitido al narrador, a modo de licencia literaria, introducir notas de humor y aligerar la profundidad de los temas tratados. Otras veces ha utilizado la técnica de las notas a pie de página, como la disquisición que hace sobre el hecho de llamarse Alice y trabajar en una farmacia, llegando a la curiosa conclusión de que, en general, las mujeres que se llaman Alice trabajan en librerías o agencias de viaje.
David Foenkinos |
El estreno del libro en España venía avalado por el éxito obtenido en Francia, donde se ha convertido en un auténtico fenómeno literario, con más de 700.000 ejemplares vendidos y habiendo ganado 10 de los premios literarios franceses más importantes. La novela ha sido traducida a más de 15 idiomas y en España ha sido editada por la editorial Seix Barral en castellano y La Magrana en catalán. Se ha comparado su estilo de escritura con el de otras autoras coetáneas francesas como Anna Gavalda o como la Muriel Barbery de “La elegancia del erizo”.
El papel de Nathalie parece venirle como anillo al dedo a Audrey Tautou. Magistral también la actuación del actor belga François Damien, a quién hemos visto en cintas de éxito como "El pequeño Nicolás" o "Los seductores" en su interpretación de Markus. La importancia que el autor concede a los actores secundarios en el libro no aparece tampoco suficientemente reflejada en la película. Se entiende mejor la extraña actuación de Markus tras su segunda cita si se conocen las experiencias previas negativas que el protagonista ha tenido con otras mujeres, y que en la película apenas aparecen esbozadas.
La novela contiene multitud de referencias a autores y obras clásicas de la literatura (Samuel Beckett, Camus, Sartre, Shakespeare, Maupassant...), de la pintura (Magritte, Dalí, Malevitch, Klimt...), del cine (Polanski, Visconti, Woody Allen...), de la música (Alain Souchon, John Lennon...), evocadas por su similitud con las situaciones vividas por los protagonistas.
La historia nos hace reflexionar sobre las vueltas que da la vida y lo impredecible que puede llegar a ser el hecho de volver a enamorarse. 'La delicadeza' es un homenaje a la ternura y a los pequeños gestos que nos hacen la vida más grata. El libro está plagado de pequeños detalles y de frases deliciosas, yo me quedo con ésta: "Hay gente fantástica a la que se conoce en mal momento. Y hay gente que es fantástica porque se la conoce en el momento adecuado"
Toco tu boca (Capítulo VII de Rayuela, de Julio Cortázar)
Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja...