¿Qué es mejor,
pregunto: ser esclava en el paraíso de los necios, febril de felicidad
ilusoria
durante una hora para ahogarme con las lágrimas más amargas del
remordimiento y
la vergüenza a la hora siguiente; o ser maestra de aldea, libre y
Jane
Eyre
tiene una infancia desgraciada. Al quedar huérfana, se va a vivir a con sus
tíos, pero cuando el Sr. Reed muere, Jane permanece en Gateshead con la viuda
de éste y con sus primos. Tras soportar las crueldades de éstos y la falta de
cariño de su tía, Jane es finalmente enviada al internado de Lowood. Allí
pasará el resto de su infancia, llena de carencias tanto materiales como
afectivas, y se formará como institutriz. Lowood deja en Jane una profunda
huella. Allí conoce a la señorita Temple, una joven profesora, inteligente y amable, que la valora como
persona y se convierte en su amiga. Jane comienza a trabajar como institutriz en Lowood, pero la
marcha de la señorita Temple hace que su estancia en el internado deje de tener
sentido. Jane
encuentra un trabajo en Thornfield como institutriz de Adèle, la niña de 8 años
que está bajo la custodia del señor Rochester. El amor surge entre
ambos, pero el
terrible secreto que esconde la casa de Thornfield sale a luz el día de la
boda, haciendo que ésta se anule. Jane huye para olvidar todo lo pasado. El
destino le tiene reservadas nuevas experiencias, pero Jane decide seguir la
ruta que ella misma se ha marcado.
Esta novela estaba
desde hacía mucho tiempo entre mis “lecturas pendientes”, por ser considerada
una obra maestra de todos los tiempos y representante
destacada de la literatura victoriana. Quería leerla en su lengua
original y era consciente de la dificultad que entrañaba leer en el inglés del
siglo XIX una novela que tiene una enorme riqueza de vocabulario, sobre todo en
los pasajes puramente descriptivos. La novela, escrita por Charlotte Brontë y publicada en 1847, suscitó una gran controversia en la sociedad victoriana de
la época. La propia personalidad de la autora se ve reflejada en la
protagonista, un personaje poco ortodoxo: una joven
independiente, con una fuerte personalidad, de carácter indómito, que no
considera el matrimonio como su única aspiración en la vida, con anhelos y
deseos reservados en esa época exclusivamente a los hombres.
Jane Eyre puede
ser considerada como una precursora del feminismo y de la psicología
moderna, es la historia de una mujer que se rebela contra el destino que la
hipócrita sociedad victoriana reservaba a las mujeres: “Se supone que las mujeres hemos de ser serenas por lo
general, pero nosotras tenemos sentimientos igual que los hombres. Necesitamos
ejercitar nuestras facultades y necesitamos espacio para nuestros esfuerzos
tanto como ellos. Sufrimos restricciones demasiado severas y un estancamiento
demasiado total, exactamente igual que los hombres. Demuestra estrechez de
miras por parte de nuestros más afortunados congéneres el decir que deberíamos
limitarnos a preparar postres y tejer medias, tocar el piano y bordar bolsos..."
Jane
Eyre ha sido objeto de varias adaptaciones cinematográficas, tanto a la pequeña
como a la gran pantalla. La última adaptación a la gran pantalla ha sido la que
en 2011 hizo Cary Fukunaga, con Mia Wasikowska como Jane
y Michael Fassbender en el papel de Rochester. A pesar de su buena ambientación, la película, que utiliza la técnica del flashback, en oposición a la estructura lineal del libro, no consigue transmitir el carácter y la fuerza que Charlotte Brontë imprimió a sus personajes.